Traducido por Alma Campos
A medida que llegan más solicitantes de asilo de Latinoamérica, la Municipalidad, sus residentes y los propios inmigrantes se sienten inseguros sobre dónde serán alojados. Días antes del final de su mandato, la alcaldesa Lori Lightfoot declaró una crisis humanitaria. Y el alcalde nuevo, Brandon Johnson, ha empezado a abordar la situación en su primer día.
La vieja Escuela Primaria Wadsworth del barrio de Woodlawn se ha utilizado como albergue para inmigrantes desde principios de febrero. Hasta el 25 de abril, el número de migrantes albergados en Wadsworth era de 496, de los cuales 428 eran hombres y 68 mujeres.
Esta solución no fue sin la oposición de las concejalas Jeanette Taylor (10°) y Michelle Harris (8°), ni de muchos de sus constituyentes. Taylor dijo que nunca fue informada por la administración de Lightfoot que se establecería un campamento allí. Dijo que pidió una conversación en octubre, poco después de que autobuses llenos de migrantes de Texas enviados por el gobernador Greg Abbott comenzaron a llegar a Chicago, pero nunca recibió una.
“Una y otra vez quise que tuviéramos una conversación sobre dónde se encontraban estos campamentos en la comunidad y cómo podíamos ayudar [a la administración]”, dijo Taylor. “Parece que eligieron los lugares y decidieron, o no nos dijeron la decisión, y la administración metió la pata al decirle a la gente dónde estarían estos campamentos”.
Harris dejó clara su oposición al comienzo de una reunión comunitaria organizada por la Municipalidad el 4 de mayo en la escuela South Shore International College Prep. Harris dijo que estaba de vacaciones una semana antes de la reunión cuando recibió una llamada de la Municipalidad informándole de su intención de utilizar la secundaria South Shore High School en su distrito como centro de descanso.
Un centro de descanso es un lugar de parada donde los que buscan refugio pueden sentarse, relajarse, bañarse con agua caliente y comer. Usualmente esperan a que haya una cama disponible en un albergue.
“Reconocemos que se trata de una crisis humanitaria, pero aunque esta crisis puede constituir una emergencia para la Ciudad de Chicago, no significa una emergencia para la comunidad de South Shore ni para los residentes del distrito 8”, declaró Harris.
El problema de proveer refugio a los inmigrantes es tan grande que, según la Municipalidad, el 4 de mayo por lo menos 200 inmigrantes habían estado durmiendo u ocupando las entradas y vestíbulos de las comisarías de policía de la ciudad porque no tenían otro sitio adonde ir.
Según la Alcaldía, hay siete albergues y tres centros de descanso en la ciudad. Dado que los centros de descanso son temporales, la Municipalidad sólo proporcionará estos servicios básicos. Sin embargo, la Municipalidad se ha coordinado con las Escuelas Públicas de Chicago (CPS) y City Colleges of Chicago para proporcionar clases de inglés como segundo idioma (ESL), dijo Charles Mayfield, Director Interino de Operaciones de CPS.
Además, Mayfield dijo que CPS establecerá centros de bienvenida para familias y estudiantes donde “serán evaluados y luego ubicados en una escuela apropiada”.
La secundaria South Shore High School se utilizará como centro de descanso. Según Kaila Lariviere, de la Oficina de Gestión de Emergencias y Comunicaciones de Chicago (OEMC, por sus siglas en inglés), se utilizará en fases el primer piso de la escuela. Con este planteamiento, el centro de descanso podría recibir entre 250 y 500 inmigrantes a la vez.
Lariviere dijo que la Ciudad ha evaluado más de 200 edificios, utilizando diversos criterios. Para que un edificio sea aprobado para su uso como un albergue necesita: ser lo suficientemente grande para la población en cuestión, tener plomería y duchas funcionales, tener una cocina con refrigeradores y microondas y ser accesible para discapacitados.
Ni el Departamento de Servicios de Apoyo para la Familia (DFSS por sus siglas en inglés) ni la Alcaldía le proporcionaron al South Side Weekly una lista de lugares e instalaciones que se consideraron como posibles refugios.
Se espera que el centro de descanso de South Shore esté más equilibrado en cuanto al género, ya que está destinado a proporcionarle refugio a familias y no sólo a personas predominantemente masculinas, como en el caso del refugio en Woodlawn.
No hay un tiempo determinado para la estancia de cada individuo, ya que tendrán que pasar por el proceso de inmigración y luego recibir la autorización de trabajo, ambos de los cuales se pueden demorar en el proceso burocrático.
En una reunión del Concejo Municipal el 15 de marzo, los concejales aceptaron una asignación anual de $20 millones del Departamento de Servicios Humanos de Illinois (IDHS, por sus siglas en inglés) que se destinarán al DFSS, el departamento encargado de prestar servicios a las personas sin hogar y, en este caso, a los migrantes.
La mayor parte de ese fondo, $16 millones, se destinará a la contratación de personal para los albergues y $2.4 millones se destinarán a los alimentos en los 11 albergues gestionados por la Municipalidad que operarán en 2023, incluyendo el de Wadsworth. Los $1.6 millones restantes se destinarán a los costos de alojamiento de los recién llegados en otros lugares.
Una enmienda a ese fondo surgió de una reunión de la Comisión de Presupuesto y Operaciones Gubernamentales del Concejo. La directora de Presupuestos, Susie Park, propuso modificar el Fondo número 925, añadiendo $51 millones. Ahora espera su aprobación en la próxima reunión del Concejo el 24 de mayo.
Además, la Municipalidad recibió $4.3 millones en fondos federales el 5 de mayo para ayudar a financiar los refugios y la dotación de personal. El Estado de Illinois recibió la misma cantidad de fondos del Programa de Alimentos y Refugio en Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés).
El dinero es bienvenido, aunque no lo suficiente si se tiene en cuenta que la Ciudad de Chicago solicitó entre $38.9 y $66.7 millones.
Hay aproximadamente cuarenta empleados contratados por DFSS que prestan apoyo a las operaciones de los albergues durante el día y veintitrés empleados durante la noche.
Muchos miembros de la comunidad se pueden oponer porque la Municipalidad no ha proporcionado suficientes recursos a los residentes locales, pero sí a los inmigrantes, sobre todo cuando algunos de los barrios en los que se encuentran, como Woodlawn y South Shore, han sufrido una falta de inversión durante décadas.
Si nos fijamos en los recursos que la Municipalidad destina a los residentes de Chicago, la Ordenanza Presupuestaria de Chicago para 2023 asigna $10.6 millones para todos los puestos y salarios de DFSS y $37.3 millones a los servicios para personas sin hogar en varios departamentos, incluyendo el Departamento de Salud Pública y la CTA.
Desde finales de agosto de 2022, Chicago ha recibido a 8,100 inmigrantes, entre 75 a 100 llegando diariamente. Se anticipa que ese número crezca exponencialmente tras el fin de la política Título 42, que expiró el 11 de mayo.
La delincuencia y la seguridad en el barrio fue una de las principales preocupaciones de muchos residentes en la reunión comunitaria. Los residentes relataron anécdotas de haber llamado a la policía para denunciar delitos sólo para que les dijeran que había asuntos más urgentes. A veces esperaban hasta una hora antes de que llegara un oficial.
La secundaria se estaba utilizando como una academia de entrenamiento policial, algo que muchos residentes apoyaron. El entrenamiento de policías y bomberos continuará en la academia recientemente inaugurada en el lado oeste de la ciudad.
Una demanda presentada por Natasha Dunn, J. Darnell Jones y “vecinos de South Shore” argumenta que la Municipalidad está violando los términos de su contrato de arrendamiento con las Escuelas Públicas de Chicago al usar el sitio como un refugio para migrantes en lugar de una academia de policía, según reportó el Hyde Park Herald. Pronto habrá una audiencia.
En la reunión, un residente sugirió revisar los antecedentes de los inmigrantes antes de llegar a los barrios de Chicago. Fue una de las muchas preocupaciones y comentarios que se basaban en una retórica antiinmigrante. Incluso había un cartel en el que se leía “Build the Wall 2024” (Construyan el muro, 2024) y referencias a las personas que solicitan asilo como “ilegales”.
Los solicitantes de asilo huyen de la persecución y la violencia en sus países de origen y buscan refugio en los Estados Unidos por medios legales. Luego de la expiración del Título 42, la política fronteriza del país volvió al Título 8 original, que les concede a las personas buscando asilo una vía legal para entrar al país, de acuerdo con la ley internacional.
Nubia Willman, directora de la Oficina de Nuevos Americanos, dijo: “Cuando llegan aquí, también tienen que mantener ciertos comportamientos porque si quieren poder solicitar asilo, no pueden tener antecedentes penales”.
Cuando una persona cruza la frontera, empieza un proceso que se denomina como libertad condicional humanitaria, que “se le concede a un ciudadano extranjero (que de otro modo sería inadmisible) para entrar temporalmente a los Estados Unidos debido a una emergencia y una razón humanitaria urgente o un beneficio público significativo”, explicó.
Además del aumento de la vigilancia de CPD, el Departamento de Policía de la Universidad de Chicago (UCPD) actúa como agencia secundaria encargada de hacer cumplir la ley en una zona de patrulla que incluye la Escuela Wadsworth.
“Como vecino de la comunidad de Woodlawn, la Universidad está consciente de la decisión de la Municipalidad de alojar a los solicitantes de asilo en la Escuela Wadsworth, así como el diálogo actual entre la Ciudad y la comunidad sobre este tema”, dijo un portavoz de UCPD.
En cuanto a la zona alrededor de South Shore High School, el Comandante del Distrito 4, Keith Milmine, dijo que está recibiendo ayuda adicional de la Oficina del Alguacil del Condado de Cook, el Departamento de Correcciones de Illinois y los Equipos de Seguridad de la Comunidad. “[El] área está viendo más recursos de policía que [cualquier otro lugar] en mi distrito”, dijo Milmine.
La concejala Maria Hadden del distrito 49 en el lado norte, quien reabrió una casa de campo de un parque para usarla como centro de descanso, sugirió usar instalaciones más grandes como el McCormick Place, que tiene 1,200 camas sin usar provenientes de la era de Covid, o tiendas vacías, como el viejo Kmart en Gage Park.
IDHS canceló sus planes de abrir el Kmart después de que la representante estatal Angélica Guerrero-Cuellar y la concejala Silvana Tabares expresaran su preocupación por la seguridad o la falta de preparación de las instalaciones.
La administración del alcalde Brandon Johnson no respondió a la solicitud de comentarios del Weekly, pero el 15 de mayo, tras haber juramentado, firmó cuatro órdenes ejecutivas, una de las cuales crea un puesto de teniente de alcalde para los derechos de los inmigrantes, migrantes y refugiados.
La orden “hace que la nueva función sea responsable de la coordinación y la comunicación entre todos los departamentos y funcionarios municipales pertinentes en relación con los esfuerzos de la Municipalidad para apoyar a los inmigrantes, refugiados y migrantes recién llegados y los establecidos… y los esfuerzos para hacer frente a las necesidades inmediatas y los objetivos políticos y programáticos a largo plazo para garantizar la eficacia del estatus de Chicago como una ciudad santuario acogedora”.
En su discurso de inauguración de esa mañana, Johnson dio un mensaje de unidad ante un estadio lleno: “Tenemos que contar una historia diferente… No queremos que se cuente una historia que diga que hemos sido incapaces de alojar a los que no tienen casa o de proporcionar un puerto de entrada seguro a los que buscan refugio aquí. Porque hay suficiente espacio para todos en la Ciudad de Chicago, tanto para los que buscan asilo como para los que buscan tener un barrio financiado adecuadamente”.
Si cree que hay un lugar para migrantes digno de consideración, puede llenar un formulario de DFSS en línea.
Jacqueline Serrato contribuyó a este reportaje.