Why do I have such a small stomach?” cried the tiger upon seeing death’s eyes. The antelope cried too.
This came to Professor Gucci the night when he couldn’t sleep and his imagination wandered the deserts of Africa. From one moment to the next he felt like a tiger and an antelope at the same time. He felt his teeth devouring his own flesh. The pain mixed with the taste of blood. The agony was a triumph just like devouring prey. All at once he saw the eyes of death with the eyes of death: he faced himself and woke up screaming:
“I don’t want to be an antelope or a tiger!”
“What is it, old man? Why are you screaming?”
His wife was the circus ringmaster, and he, her two animals. She tried to tame them, but it was too late. They were free in the silence of the desert. The tiger-antelope all alone in the night, its eyes closed, hidden from the moonlight. Fatigue overtook him and he sunk into a dream again:
“How many eyes do you have?”
“Four.”
“How many feet?”
“Eight.”
“Is this woman your wife?”
“No, she’s the ringmaster.”
“Where do you live?”
“In the desert, where the wind sings and the night sleeps. That’s where I live. Here, I just dream.”
***
“¿Por qué tengo un estómago tan pequeño?”, lloró el tigre al ver los ojos de la muerte, el antílope lloró también.
Eso se le ocurrió al profesor Gucci la noche que no pudo dormir y su imaginación vagabundeaba por los desiertos de África. De un momento a otro se sintió tigre y antílope al mismo tiempo. Sintió sus dientes devorando su propia carne. El dolor se mezclaba con el sabor de la sangre. La agonía fue un triunfo lo mismo que el devorar la presa. En un instante vio los ojos de la muerte con los ojos de la muerte: se conoció a sí mismo y despertó gritando:
–¡No quiero ser antílope ni tampoco un tigre!
–¿Qué te pasa viejo? ¿Por qué gritas?
La esposa le pareció la dueña del circo; y él, sus dos animales. Ella intentaba detenerlos, pero ya fue demasiado tarde. Estaban libres en el silencio del desierto. El tigre-antílope solo, solito, cubierto por la noche, con los ojos cerrados, escondido del brillo de la luna. Lo venció el cansancio y se hundió en un sueño profundo y soñó de nuevo:
–¿Cuántos ojos tienes?
–Cuatro.
–¿Cuántas patas?
–Ocho.
–¿Esta señora es tu esposa?
–No, es la dueña del circo.
–¿Dónde vives?
–En el desierto, donde canta el viento y duerme la noche. Allá vivo, acá solamente sueño.
Translated from Spanish by Rachel Schastok. Originally published in Contratiempo, a Chicago-based Spanish-language literary journal.