Credit: Haley Tweedell

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Traducido por Jacqueline Serrato

Una petición exige el derecho al debido proceso de Abel Orozco, residente de Lyons, Illinois, después de que defensores alegaran que fue arrestado ilegalmente por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) en enero cerca de su casa. El grupo Comunidades Organizadas Contra las Deportaciones (OCAD), junto con otras organizaciones defensoras de los derechos de los inmigrantes, está exponiendo su caso como parte de una lucha más amplia contra las detenciones ilegales de ICE, incluyendo los arrestos de Orozco y otras veintiuna personas nombradas en una demanda colectiva federal.

La mañana del domingo, 26 de enero, Abel Orozco, de 47 años, salió a comprar tamales antes de ir a misa con su esposa. Cuando regresaba a casa, agentes de ICE lo detuvieron sin mostrar una orden judicial, dejando a su familia con la tarea de comprender el caos que siguió.

Más tarde fue revelado, en una moción presentada el 13 de marzo, que agentes federales buscaban a otro familiar esa mañana. Sin embargo, tres meses después, Abel permanece en un centro de detención en Indiana. 

En una entrevista con el Weekly, Yolanda, la esposa de Orozco, reflexionó sobre la vida que construyeron juntos. Con tan solo una camioneta, una traila y una motosierra, Abel construyó su vida desde cero, literalmente. Durante más de veinte años, se trepó en árboles por toda el área metropolitana de Chicago, dirigiendo su propia compañía de árboles y manteniendo a su esposa y sus cuatro hijos.

En una de las fotos de un álbum familiar que Yolanda guarda sobre la mesa del comedor, Abel aparece encaramado en lo alto de los árboles, atado con una cuerda y apoyando sus botas en el tronco, con una motosierra entre las manos, sonriendo.

Abel y Yolanda emigraron de Zacatecas, México, a mediados de los 90. Abel inmediatamente comenzó a trabajar para una empresa de jardinería y rápidamente aprendió las habilidades necesarias para ser un arborista trepador —habilidades que perfeccionaría para comenzar su propio negocio de tala de árboles años después.

Con el tiempo, a medida que su negocio seguía creciendo, Abel pudo comprar camionetas más grandes, como una plataforma elevadora, para no tener que trepar a los árboles con cuerdas. Una vieja trituradora de madera también fue reemplazada por una nueva, más adecuada para la expansión de la compañía de Abel, que prestaba servicios a los lados sur, oeste y norte de Chicago, e incluso realizaba trabajos en Indiana.

A medida que la empresa de Abel crecía, también su familia. Eventualmente tuvieron un tercer y un cuarto hijo. La familia Orzoco lleva más de veinte años viviendo en su casa de ladrillo de un piso en Lyons, tras comprar su primera vivienda en 2004.

“Llevo ese día grabado en mi memoria por la tristeza que sentí cuando los niños que pedían dulces llamaron a mi puerta y no tenía dulces para darles porque nos acabábamos de mudar”, compartió Yolanda.

Siguió surgiendo trabajo para Abel mientras gestionaba y hacía crecer su negocio con éxito. Con el tiempo, llegó a contratar de ocho a diez empleados. En total, lleva más de veinte años operando su compañía.

Abel trabajaba casi siete días a la semana, despertándose típicamente a las 6am diario para prepararse para la jornada. Para comenzar su día, su primera parada siempre era adonde él llamaba “la yarda”, el terreno de grava donde estacionaba sus camiones de trabajo durante la noche.

Según Yolanda, Abel trataba a sus empleados con respeto y dignidad, comprándoles el almuerzo casi todos los días.

Cuando terminaba la jornada laboral para sus empleados, Abel corría a casa y se bañaba antes de volver a salir para ir a hacerle estimados a clientes potenciales. Abel llegaba a casa como a las 9 o 10pm.

A pesar de la dedicación de Abel a su trabajo, siempre tenía tiempo para su familia, dijo su esposa. Descansaba la mayoría de los domingos, a menos que tuviera una llamada de trabajo. Aun así, se aseguraba de programar el trabajo los domingos, ya sea temprano en la mañana para poder ir a la iglesia con Yolanda, o en el atardecer, una vez terminada la misa y después de comer. 

A Abel le encantaba organizar carne asadas en el patio con sus hijos y tres nietos los domingos más cálidos del verano. A menudo invitaba también a sus familiares y vecinos.

Si Abel no estaba encendiendo la parrilla en un domingo, él y Yolanda tenían sus restaurantes favoritos.

Yolanda le avisaba a Abel cuando quería salir y él se aseguraba de reservar tiempo para compartir esos momentos con ella. A veces, eso significaba que Abel empezaba su día antes de las 6 de la mañana para poder salir del trabajo lo suficientemente temprano y pasar tiempo con su esposa.

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Yolanda dijo que una intensa sensación de calor la recorrió por todo el cuerpo ese domingo por la mañana al ver a los agentes de ICE.

Se aseguró de que su puerta estuviera cerrada con llave y luego alertó a la familia de que ICE rodeaba su propiedad.

“Yo le llamé a mi esposo dos veces, no me contestó. Le mandé un mensaje a ver si lo miraba”, dijo Yolanda.

Se encarreró a cerrar todas las puertas y cerrar las cortinas mientras Yolanda le instaba a su familia a vestirse y tomar cualquier documentación que pudiera evitar que fueran detenidos por ICE.

Según Eduardo “Eddie” Orozco, un hijo adulto de Yolanda, los agentes de ICE golpearon la puerta y rodearon la casa. Parecía que los hombres armados intentaban forzar la puerta, recordó Eddie. Llamó al departamento de policía de Lyons y les suplicó que vinieran rápido.

Eddie salió para confrontar a los agentes de ICE y comenzó a grabar la interacción.

“¿Qué hacen aquí? ¡Sálganse de mi casa!”, dijo Eddie. “Abrieron mi puerta. ¿Están tocando o están intentando tumbarla?”

Uno de los agentes de ICE se acercó a Eddie mientras hablaba y puso la mano frente a su teléfono para impedir que grabara mientras le exigía a Eddie que se identificara.

Eddie se negó a cumplir las órdenes ilegales. “No te preocupes por mi nombre, tienen que largarte de aquí, vatos”, dijo. “Es hora de que se vayan”.

El video muestra a Eddie exigiendo nombres y números de placa a los agentes de ICE, momento en el que los agentes, sin responder, empiezan a salir de la propiedad.

Sin dejar de grabar, Eddie siguió a los agentes de ICE por su cuadra mientras se dirigían hacia unos autos no identificados.

El video muestra a los agentes subiéndose a uno de ellos. Eddie se acercó al auto y creyó oír a su padre gritar desde dentro. Mientras Eddie estaba de pie cerca de la ventana trasera izquierda, el auto le pasó por encima del pie izquierdo. Dijo que oyó crujir los huesos de su pie. Eddie cayó al suelo de espaldas mientras gritaba de dolor agonizante, según el video.

La policía de Lyons llegó a la escena unos diez minutos después de la llamada inicial de Eddie. No les dijo a la policía que los hombres armados eran agentes de ICE porque no se habían identificado como tales, aunque el video muestra las letras de “ICE” en algunos de sus uniformes.

Un sargento y dos policías llegaron al lugar sin ninguna urgencia. La grabación muestra que Eddie captó a los agentes acercándose a él, sin las luces de patrulla encendidas, mientras se encontraba sobre la carretera tras sufrir el atropello de su pie.

El sargento le preguntó a Eddie si necesitaba atención médica. Eddie gritó: “¡Sí! ¡Me acaba de atropellar ese carro!”. Le contestó a que se calmara, que no había razón para gritar, ya que estaba lo suficientemente cerca como para oírlo.

Aunque el video al que tuvo acceso el Weekly se corta en este punto, en una entrevista, Eddie declaró que cuando llegó la ambulancia para atenderle el pie, también vio a los paramédicos atendiendo a su padre, ya que los agentes de ICE no se habían ido del lugar de los hechos. 

Eddie no lo sabía en ese momento, pero sería el video de ocho minutos que grabó durante esos valientes momentos en que intentó defender a su padre y a su familia lo que llevó al Centro Nacional de Justicia para Inmigrantes (NIJC por sus siglas en inglés) a contactar a la familia Orozco.

Una demanda colectiva presentada por NIJC en nombre de veintidós personas alegó que Abel y los demás fueron objeto de arrestos ilegales por parte de la administración de Trump. Una de las violaciones de ICE mencionadas en la demanda incluye el arresto ilegal de un ciudadano estadounidense que posteriormente fue liberado.

Los arrestos presuntamente violan un acuerdo de 2022 entre grupos comunitarios y el gobierno federal que establece límites sobre cómo ICE puede llevar a cabo “arrestos colaterales”, —la detención de personas que no son el objetivo principal de los operativos. El acuerdo, derivado de una demanda por las redadas de inmigración de 2018, aplica a seis estados del Medio Oeste bajo la oficina de campo de ICE en Chicago: Illinois, Indiana, Kansas, Misuri, Kentucky y Wisconsin.

Abel no tiene antecedentes penales. De los otros veintiún detenidos ilegalmente, algunos tienen infracciones de tránsito y uno tiene un DUI (conducir bajo los efectos del alcohol), pero nadie tiene otras condenas.

“Cada vez que escuchan a esta administración [de Trump] hablar de cómo están deteniendo a pandilleros, terroristas, a los peores de lo peor, necesita uno ser realista y darse cuenta de que se necesita investigar a fondo para entender exactamente a quién están arrestando”, dijo Mark Flemming, Director Asociado de Litigios del NIJC, quien trabaja en el caso de Abel.

ICE no respondió a las solicitudes de comentarios.

Según la demanda, los funcionarios de ICE buscaban a uno de los hijos de Abel, quien es décadas menor y comparte su nombre. A pesar de que Abel estaba en proceso de solicitar la residencia permanente, ICE reactivó una orden de deportación de hace décadas vinculada a una breve visita que Abel le hizo a su padre enfermo en México hace años.

En la moción presentada, Abel solicita a la corte que cancele su orden de deportación y, en su lugar, permita que su caso de inmigración siga el proceso legal normal, comenzando con una Notificación de Comparecencia ante un juez de inmigración. Abel estaba en proceso de solicitar la residencia permanente legal antes de su arresto.

Abel era el principal proveedor de la familia. Tras su arresto sin orden judicial y su posterior traslado a un centro de detención en Indiana, la situación económica se complicó de inmediato. Las facturas y los pagos de la hipoteca comenzaron a acumularse, lo que obligó a la familia Orozco a buscar ayuda de su iglesia, familiares, amigos y vecinos. 

Afortunadamente para la familia, sus seres queridos y grupos proinmigrantes se han dado la tarea de brindarles apoyo en estos momentos de crisis. Algunas rifas organizadas por Yolanda y la ayuda de la Asociación de Desarrollo Económico y Comunitario del Condado de Cook (CEDA) han ayudado a mantener la luz prendida, comida en la mesa y un techo sobre la familia Orozco por ahora.

El 17 de marzo, Yolanda y su hijo Eddie fueron a NIJC y asistieron a una conferencia de prensa en la que anunciaron la demanda federal presentada en nombre de Abel y otras veintiuna personas arrestadas por ICE sin órdenes judiciales. A pesar de los nervios y dolor constante por el cáncer de mama, Yolanda habló públicamente por primera vez sobre el arresto de su esposo, describiéndolo como un hombre trabajador sin antecedentes penales, un padre y proveedor que nunca debieron haber sido arrestado. Cuando ya no pudo seguir de pie, Eddie intervino.

“Es alguien a quien admirar”, le dijo Eddie a los periodistas. “Es un hombre honesto y no debió haber sido arrestado”.

Allí, Xanat Sobrevilla, organizadora de OCAD, reflexionó sobre lo que representaba este momento: una comunidad que lucha. “Es hermoso ver que, en los momentos de mayor estrés y vulnerabilidad con esta administración, aún podemos ser un recurso y una red comunitaria que nos permite defendernos y proteger nuestros derechos constitucionales”.

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José Abonce es el gerente principal de programas de la Iniciativa de Policía Vecinal de Chicago y reportero independiente especializado en seguridad pública, política, raza y planificación urbana. Es aprendiz del Proyecto de Investigación sobre Raza y Equidad y se graduó recientemente de la Escuela de Periodismo Arthur L. Carter de la Universidad de Nueva York.

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