Un grupo de danzantes aztecas abrió el homenaje a Jesús “Chuy” Negrete el mes pasado de una forma parecida a como él solía comenzar sus propias interpretaciones musicales: haciendo honor a los elementos y los cuatro puntos cardinales, a veces soplando una concha de caracol.
Negrete fue un cantante, escritor y activista de Chicago conocido por componer corridos sobre el movimiento chicano y otras causas sociales. Dondequiera que había una multitud de gente, él cantaba versos en español, inglés e incluso náhuatl llenos de sabiduría y llenos de la historia de México que rara vez se encuentra en los libros. Entre las estrofas, bromeaba, daba consejos o traducía la letra.
Nació en San Luis Potosí, México, y cuando era bebé, él y su familia de Guanajuato emigraron a Texas. Después se mudaron al barrio de South Chicago, donde su padre trabajó como obrero del acero hasta que se jubiló. Negrete falleció el 27 de mayo a los setenta y dos años por complicaciones de salud, pero no fue conmemorado públicamente hasta el 12 de septiembre.
“En el año 1521…”, solía empezar a cantar al son de su guitarra acústica mientras resumía líricamente quinientos años de historias trágicas y heroicas. La composición melódica era siempre tradicional, pero sus corridos se basaban en las experiencias vividas de los inmigrantes y los mexicoamericanos o chicanos.
Y aunque su orgullo étnico fue inspirado por sus padres, no era popular ser un mexicano orgulloso en una ciudad del norte como Chicago hace más de cincuenta años, contó su hermana mayor, Juanita Negrete-Phillips, quien formó el grupo musical, Flor y Canto, con Negrete y sus hermanas.
Negrete fue enormemente influido por los artistas y activistas californianos que en varias ocasiones visitaron el barrio de Pilsen, como el grupo Teatro Campesino, que fue formado por trabajadores agrícolas y que inspiraron a él y a sus talentosas hermanas a comenzar El Teatro del Barrio, un grupo de teatro que actuaba en las calles. Negrete fue radicalizado por las luchas populares que conoció cuando se fue a la universidad.
Negrete se graduó de la secundaria Chicago Vocational y obtuvo una licenciatura en educación de la Universidad de Illinois en Chicago (UIC) y una mestría en educación de la Universidad Chicago State. Trabajó en ese ámbito en muchas funciones como: maestro bilingüe para las Escuelas Públicas de Chicago; asistente de enseñanza o miembro adjunto de la facultad en varias universidades tales como la Universidad de Illinois Urbana-Champaign, Malcolm X, Robert Morris, Roosevelt y Morton, entre otras. También trabajó como consejero del programa LARES de UIC para estudiantes latinos cuando inició el programa.
Pero Negrete tuvo un impacto en todo el país. “Tuvo una vida nacional e internacional también”, dijo su esposa Rita Rousseau. Se conocieron en el museo durante una exposición del Día de Muertos, y ella documentó cuidadosamente su colección de música desde ese entonces.
Un amigo suyo, Lorenzo Cano, de la Universidad de Houston, dijo que conoció a Negrete durante todo el Movimiento. “Una de sus principales contribuciones fue que inspiró y animó a la gente”, dijo Cano. “Cuando estás involucrado en un movimiento político fuerte… necesitas ese espíritu, esa chispa para motivar a la gente. [Negrete] vino a Houston, San Antonio, Los Ángeles, Chicago… todo el país… a pequeños poblados y campos para hablar con los trabajadores, los estudiantes, y nos inspiró a seguir adelante y a reconocer quiénes somos como chicanos, como mexicoamericanos.”
También fue conocido en Kansas City, Berkeley, Nuevo México y en todo Michigan.
“Vámonos para El Norte
Vámonos a trabajar.
Vámonos pa’ Chicago
Vámonos a trabajar.
Pisqué cherries en Minesota, cuidé perros en Nor Dakota
Wisconsin también conocí.
Y el algodón en Oklahoma, las minas en Arizona
y hasta California me fui…”
Instalaron una ofrenda para Negrete en el atrio del museo mexicano de Pilsen. En el altar había fotos de Negrete con su familia y un sinfín de amigos. Girasoles y rosas rojas decoraban el suelo y el altar. Decenas de libros, una camiseta de Ché Guevara, calaveras, veladoras y una botella de salsa Cholula también adornaban el altar de tres niveles. Una pintura de Negrete se encontraba en la parte más alta donde Negrete sostiene su guitarra mientras, al fondo, un guerrero azteca mira la luna.
Negrete visitó escuelas, hospitales, universidades, prisiones y asilos para tocar su música. En una entrevista con el Centro Cultural Latino Nativo Americano de la Universidad de Iowa, Negrete compartió que “el corrido ha ayudado a nuestra gente con la salud mental”. Dijo que cuando visitaba a hombres encarcelados y tocaba sus corridos, se ponían a llorar. “Eso es lo que hay que hacer, vato”, les decía. “El corrido redistribuye las penas para que puedas nacer de nuevo”.
Negrete se presentaba a lugares con una guayabera puesta y con patillas visibles bajo su sombrero de palma, y con una guitarra o armónica en mano. Escribía muchas de sus canciones de antemano, pero gran parte de sus interpretaciones eran improvisadas. Los corridos hacían referencia a los obreros que trabajaban en el campo o en las fábricas, igual que a figuras como Lucy González Parsons, una lider laboral de Chicago de ascendencia mexicoamericana, afroamericana y nativa americana
Al estar muy familiarizado con los lugares de trabajo agrícola e industrial a donde iban a dar los mexicanos, participó en las huelgas laborales y apoyó el boicot internacional de las uvas liderado por César Chávez, cantando sobre el tema desde la plataforma de una pick-up. Mencionaba las fábricas en South Chicago y en East Chicago, Indiana, donde trabajaban sus familiares y vecinos antes de que las empresas cerraran y abandonaran el área: Inland Steel Corporation, Republic Steel y U.S. Steel.
A Negrete le gustaba ir a las estaciones de radio de todo el país para cantar unas estrofas. También tenía su propio programa de radio llamado “Radio Rebelde” en WLUW 98.7 FM los domingos por la tarde, donde cantaba y hacía comentarios políticos.
Con gran frecuencia le pedían que compusiera corridos para diferentes personas y eventos, y no cobraba ni un centavo, incluyendo canciones para aspirantes políticos concientizados como el alcalde Harold Washington, el activista Rudy Lozano y, más recientemente, Jesus “Chuy” García cuando se postuló para alcalde de Chicago.
En el homenaje, García recordó cuando Negrete cantó en la Iglesia de San Pío tras el asesinato de Lozano. “A través de su canción nos transmitió un sentido de valentía, nos dio ánimo para no tener miedo, aunque no sabíamos si el asesinato de Rudy era político, si venía de la mafia o de otras organizaciones laborales sospechosas. Nos enseñó a mantenernos unidos”.
Jackie Serrato es la editora en jefe del Weekly. Alma Campos es la editora de inmigración del Weekly.