Photo by Madison Muller

Originally published on September 6, 2020, in English

Traducido por Gisela Orozco

Cinco días después de que la policía de Chicago disparara y matara en Pilsen a Miguel Vega, de veintiseis años de edad, su familia y amigos se reunieron para exigir justicia y pedir  se hagan públicas las imágenes captadas esa noche por las cámaras corporales de los agentes.

Betty, organizadora de ChiResists, un grupo activista juvenil nativo, dijo a la multitud reunida en la Plaza Tenochtitlán ubicada al oeste de la calle 18, el sábado 5 de septiembre por la tarde, que podrían ayudar a la familia Vega a sobrellevar algo de su dolor. “Asegurémonos de que esta no es otra historia que desaparece en el ciclo de noticias”.

Miguel era un hijo, hermano, padre de familia y amigo. La noche del miércoles 2 de septiembre la familia Vega realizó una vigilia que reunió a gente de toda la ciudad. Ese apoyo los inspiró a seguir luchando para tener respuestas.

“Estoy muy enojado de que tuviera que ser así”, dijo a la multitud Erik Vega, de veinte años de edad y hermano menor de Miguel. “Hay otras maneras de detener a alguien”. 

Erik abraza a su madre y otra miembro de la familia. (Foto by Madison Muller)

Según la policía, los agentes respondieron a una llamada la noche del 31 de agosto, reportando a una persona sospechosa en las calles 19 al sur de la Loomis. Dos agentes patrullaban el barrio en un auto sin marcas y llegaron para encontrar a cinco hombres. Uno de ellos era Miguel Vega.

La policía dijo que les dispararon cuando bajaron del auto, y un oficial respondió al fuego, impactando a Miguel en la nuca. Miguel fue transportado al Hospital Stroger, donde más tarde fue declarado muerto.

Tom Ahern, Subdirector de Noticias y Comunicaciones del Departamento de Policía de Chicago (CPD por sus siglas en inglés), tuiteó fotos del arma con la que presuntamente disparó contra la policía. Pero la familia Vega dice que esa arma fue encontrada a más de 40 pies del cuerpo de Miguel, lo que hace poco probable que fuera suya.

“El departamento de policía todavía no ha salido y hablado con nosotros sobre lo que realmente sucedió esa noche”, dijo Erik. “Pero, la verdad saldrá tarde o temprano. Los videos de las cámaras corporales saldrán a la luz y mostrarán que mi hermano no lo hizo”.

Sin corroborar las imágenes, la familia no cree el relato de la policía sobre el incidente. También expresaron su decepción por la imagen de Miguel que presentan algunos medios de comunicación, que lo hacen ver como un pandillero que disparó a la policía.

La Oficina Civil de Rendición de Cuentas de la Policía (COPA) dijo que actualmente está revisando las imágenes de las cámaras corporales, así como videos de terceros.

Organizadores de Pilsen Alliance, Comunidades Organizadas Contra la Deportación (OCAD), BYP100, GoodKids MadCity, así como otros, hicieron eco de los sentimientos de Erik: que la seguridad no viene de la policía.

“Sólo han habido doce días este año en los que la policía no ha matado a nadie”, dijo Domincine, un organizador de Pilsen Alliance. “La gente negra y latinx es asesinada en sus propias comunidades”. (Nota de la editora: Según la base de datos en línea Mapping Police Violence, hasta el 30 de agosto sólo había doce días de lo que va del 2020 en los que la policía en Estados Unidos no utilizó la fuerza mortal).

Fotos por Madison Muller

Después de que hablaran los miembros de la familia, las personas que realizaban danzas aztecas le ofrecieron a la familia un ritual de limpieza y sanación. El mismo grupo bailó en la vigilia de la noche del 2 de septiembre en la Plaza Tenochtitlán.

Alrededor de una hora después del evento, al otro lado de la calle, la policía comenzó a reunirse en grandes números. Los vehículos de policía marcados y no identificados trajeron a cientos de agentes, y otros llegaron en bicicleta. También asistieron varios oficiales de alto rango, que se distinguen por vestir camisas blancas.

“Queremos mantener esto lo más pacífico posible y mantener a todos a salvo”, dijo Erik antes de que el grupo comenzara su marcha por la comunidad. “Mi familia no quiere más problemas de los que ya tenemos”. 

Alguaciles y abogados del Gremio Nacional de Abogados formaron una barrera entre el grupo y el CPD mientras marchaban hacia el este de la calle 18. La policía bloqueó la mayoría de los caminos en el lado norte de la calle impidiendo que los manifestantes se movieran en dirección al distrito 12 del CPD y del centro.

Mientras marchaban, los manifestantes intercambiaron consignas en inglés y en español.

“¿Quién nos mantiene a salvo? ¡Nosotros nos mantenemos a salvo!”.

“¿Qué queremos? ¡Justicia! ¿Cuándo? ¡Ahora!” 

Las tensiones comenzaron a aumentar en la línea entre la policía y los oficiales en bicicleta, pero Betty se apresuró a llamar la atención hacia la familia Vega. “¿Por qué todos se enfrentan a la policía?”, preguntó. “No estamos aquí para la policía. Estamos aquí por la familia Vega. Alejemos el odio a la policía y mostremos amor a la familia”.

Fred Hampton Jr., hijo de Fred Hampton de las Panteras Negras, salió a apoyar a la familia Vega. Su padre también fue asesinado por la policía, en su casa, otro recordatorio de la frecuencia con que la policía mata a personas negras y latinas en sus propias comunidades. (Fotos por Madison Muller)

Con la puesta de sol a sus espaldas, los miembros de la comunidad y los organizadores se turnaron en el megáfono para compartir espacio con la familia Vega. Fred Hampton Jr. cuyo padre, el presidente de las Panteras Negras de Illinois, Fred Hampton, fue asesinado por la policía de Chicago en 1969y el concejal de distrito 25, Byron Sigcho-López, se encontraban entre los oradores que se dirigieron a la multitud.

Alrededor de las 6:45 pm, los organizadores llamaron a la gente a regresar a la  Plaza Tenochtitlán para una dispersión segura. De vuelta en la plaza, varios colocaron flores y velas en el suelo en un altar improvisado para Miguel.

Mientras la gente se retiraba, algunos se quedaron para hablar y ofrecer palabras de aliento a la familia Vega. “En realidad acabo de regresar del ejército”, le dijo Erik al Weekly. “Mi abuela dijo que volví por una razón, tal vez es esta”. 

“Nunca he conocido a alguien cercano a mí que haya vivido esto. Es la primera vez”, continuó. “Tengo que ser fuerte por mis papás. [Miguel] fue su primogénito”. 

Nota de la editora: En un esfuerzo continuo para equilibrar la necesidad de información del público contra el potencial de hacer daño a aquellos que luchan por la justicia, el Weekly eligió incluir sólo los nombres de los organizadores de los que no obtuvimos permiso explícito para ser identificados en este artículo.

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Madison Muller es residente de Chicago de toda la vida y es estudiante del posgrado en periodismo de justicia social de la Universidad de Northwestern. Puedes encontrar su trabajo de fotoperiodismo en Instagram: @g0ingmad.

 

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