(Left to right) Yeniree Karelys Rodriguez, sister of Luis Alberto Aguilar Peres (poster) mourns her brother's death with friends Enrique Realpe and Carlos Vargas at a memorial service at Concord Missionary Baptist Church, 6319 S. Kimbark Ave., on Saturday, June 10, 2023. Marc C. Monaghan

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Traducido por Alma Campos

Luis Alberto Aguilar Peres, un padre de 26 años que llegó a los Estados Unidos de Venezuela en busca de trabajo, murió repentinamente en el centro de migrantes de Woodlawn propiedad de la Municipalidad a principios de este mes.

Peres había vivido en el edificio de la antigua escuela Primaria Wadsworth, en el 6420 al sur de la avenida University, una escuela cerrada que se convirtió en albergue temporal para migrantes, desde que emigró a Chicago a finales del verano pasado. Peres, que trabajaba en una Jewel Osco cercana, fue hallado inconsciente el viernes 2 de junio por la mañana, y poco después fue declarado muerto. Los resultados de la autopsia aún están pendientes.

En un emotivo servicio conmemorativo el sábado 10 de junio, unos 30 residentes de Wadsworth y vecinos de Woodlawn, así como la hermana y amigos de Peres, se reunieron para lamentar que Peres “se fue demasiado pronto”. El funeral fue en la iglesia Concord Missionary Baptist Church, en el 6319 al sur de la avenida Kimbark, una congregación que durante meses ha ofrecido programas de apoyo, como clases de inglés y servicios bilingües los sábados, a los residentes de Wadsworth.

“Mi hermano era muy humilde, era muy trabajador y le encantaba dar generosamente”, dijo Yeniree Karelys Rodríguez, hermana menor de Peres, durante el servicio. “Vivía en el (centro) de refugiados porque todo lo que ganaba con su trabajo, lo enviaba para ayudar a su familia y amigos en Venezuela”. 

Rodríguez, quien llegó a los Estados Unidos de Venezuela el mes pasado, intentó emigrar a Chicago, pero fue enviada a Utah. Cuando invitó a Peres a irse a vivir con ella, Peres se negó porque “ya amaba la ciudad de Chicago”, ella dijo durante el servicio memorial.

Enrique Realpe, otro residente de Wadsworth, recordó a Peres como “un excelente amigo” que “ayudaba a todos en el refugio”. Realpe conocía a Peres desde que llegó a Chicago hace seis meses.

El servicio bilingüe del sábado, que estuvo repleto de música, comenzó con una interpretación de “Friend of God” (Amigo de Dios) de Israel Houghton, cantada por el pequeño coro de Concord y los pastores Rev. Kenneth D. Phelps y Yolanda Cruz. 

A lo largo del acto conmemorativo, Phelps (con traducción al español de Cruz) lamentó que la vida de Peres le fue arrebatada demasiado pronto. También animó a los asistentes a “apreciar más la vida y unos a otros”.

Phelps también le dio las gracias a su buen amigo Devan Graham, que pagó el servicio religioso del sábado. La iglesia de Concord cubrió igualmente los gastos de viaje de Rodríguez desde Utah. La iglesia sigue recaudando dinero para la familia de Peres para ayudar a cubrir los gastos funerarios restantes, y las donaciones se pueden hacer en línea en concordmbchurch.org/giving. 

“No sabíamos en lo que nos metíamos cuando empezamos esto”, dijo Phelps al final del servicio. “Este es el primer servicio funerario del centro de refugio y de la primera persona que muere en estos refugios”.  

La muerte de Peres es la primera conocida públicamente en una instalación propiedad de la Municipalidad desde que un gran número de refugiados y solicitantes de asilo empezaron a llegar a Chicago el verano pasado. 

Peres fue encontrado inconsciente alrededor de las 6:12 a.m. el 2 de junio y fue declarado muerto en el lugar, según la policía. 

El Sun-Times reportó de que fue encontrado “echando espuma por la boca y sin responder”. La causa de la muerte no se determinó de inmediato, según la Oficina del Médico Forense del Condado de Cook.

Desde agosto, más de 10,000 personas han llegado a Chicago en busca de refugio. Abierto a principios de febrero de este año, Wadsworth es uno de los más de una docena de refugios y centros de descanso que la Municipalidad ha instalado en parques, escuelas cerradas, bibliotecas y otros edificios para albergar a los refugiados y solicitantes de asilo que van llegando. A medida que se agota el espacio disponible, cientos de recién llegados se han alojado las comisarías de la policía de la ciudad. 

La oficina del alcalde no hizo comentarios de inmediato. Los detectives del Área Uno están investigando la muerte a la espera de los resultados de la autopsia.  

“Vino no sólo para hacer realidad sus sueños de estar aquí en Estados Unidos, sino también para hacer realidad los sueños de otros que siguen en Venezuela”, dijo su hermana luego del funeral. “Y él trabajó muy duro haciendo eso”.

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