En marzo, los beneficiarios del programa SNAP verán reducida drásticamente la cantidad depositada en sus tarjetas Link, lo que significa menos comida en la mesa.
Aproximadamente uno de cada seis habitantes de Illinois reciben SNAP (Programa de Asistencia de Nutrición Suplementaria por sus siglas en inglés) para satisfacer sus necesidades básicas; y ese número no refleja a las personas que son elegibles para el programa pero que no lo solicitaron, aquellos que por poco no califican, ni a aquellos que no son elegibles debido a su estatus migratorio. Más de 940,000 personas tienen SNAP en el Condado de Cook, lo que representa casi la mitad de todas las personas que usan el programa en el estado.
Desde abril de 2020, los estados han estado otorgando pagos adicionales de Asignación de Emergencia (EA por sus siglas en inglés) aparte de sus beneficios regulares. Pero estos pagos terminaron oficialmente este mes.
Durante la pandemia, dada la pérdida de empleos, muchas familias hubieran sido elegibles para recibir más beneficios de SNAP. Pero las oficinas tenían personal reducido debido al trabajo remoto, el distanciamiento social y la prioridad de inscribir a las personas nuevas en el programa. Entonces, en lugar de volver a asesorar los beneficios de todos, el gobierno federal aprobó los pagos de EA que otorgarían a las personas la cantidad máxima para el tamaño de su familia, sin importar sus ingresos.
Se suponía que los pagos de EA durarían hasta fines de abril de 2023. Pero el Congreso cambió los términos del programa en un proyecto de ley expansivo que fue aprobado a fines del año pasado. En un memorando sobre la nueva ley, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) escribió que a los estados no se les permite “bajo ninguna circunstancia” emitir pagos de EA después de febrero de 2023. Illinois es uno de los estados que ha mantenido los pagos el mayor tiempo posible.
Los beneficios adicionales de SNAP se introdujeron originalmente para ayudar a las personas a sobrevivir la pandemia pero, como dijo Man-Yee Lee, portavoz del banco de comida, Greater Chicago Food Depository (GCFD), los beneficiarios de SNAP realmente siguen dependiendo de esos pagos.
“El hecho es que la inseguridad alimentaria se mantiene muy por encima de los niveles previos a la pandemia. Actualmente, uno de cada cinco hogares en el área metropolitana de Chicago está navegando para llegar a fin de mes”, agregó Lee. Y, en promedio, los pagos de EA han reducido esa inseguridad alimentaria en aproximadamente un 9 por ciento.
Los beneficios de SNAP brindan entre veinte dólares en ingresos mensuales adicionales hasta más de $2,000 para hogares de diez o más, y los pagos de EA agregaron un promedio de $220 a $290 más. Con la finalización de esos beneficios de EA, las personas verán que sus beneficios generales de SNAP se reducen entre un 35 y un 40 por ciento, según Diane Whitmore Schanzenbach, economista de la Universidad Northwestern que estudia el programa. Eso significa que todos verán una reducción de por lo menos $95 en sus depósitos.
Muchas personas que reciben beneficios del Seguro Social ya vieron una disminución de SNAP este año. Después de que aumentaron sus cantidades de Seguro Social para reflejar los aumentos en el costo de vida, sus cantidades de SNAP se redujeron porque tienen más ingresos. Pero lo máximo que una persona puede recibir de SSI es $914 por mes, por lo que una pequeña disminución en los beneficios de SNAP tiene un impacto en su habilidad para llegar a fin de mes.
El mismo proyecto de ley que acabó con los pagos de EA también estableció un programa federal de alimentos de verano que será permanente a partir de 2024. Apenas llenando el vacío del programa de almuerzo gratuito de las Escuelas Públicas de Chicago durante la pandemia, las familias recibirán por lo menos $40 por mes por cada niño durante el verano. Aunque este es un paso vital para asegurar que los niños estén alimentados, incluso durante las vacaciones, “SNAP es la herramienta más efectiva que nuestra nación tiene para prevenir el hambre. Y cuando están sacando dinero de una cubeta para ponerlo en otra… [no se] está resolviendo el problema”, dijo Lee.
“Decidir poner fin a programas que sabemos que funcionan es negligencia, y las personas en el poder deberían responder por eso”, dijo Mara Heneghan, coorganizadora de Market Box, un proyecto de ayuda mutua que obtiene alimentos de pequeñas granjas y los distribuye de forma gratuita en el lado sur de Chicago, enfocándose cerca del vecindario de Woodlawn.
Aunque los beneficios de SNAP están regresando a los niveles pre-pandémicos, el costo de vida no. Según la Oficina de Estadísticas Laborales, los precios de los alimentos en Chicago han aumentado más del 21 por ciento desde enero de 2020. Incluso ahora, cuando la tasa de inflación está disminuyendo, “parece que todo, excepto los precios de los alimentos, se está estabilizando”, dijo Lee.
Los precios de la canasta básica en Chicago aumentaron más del 7 por ciento solo en el año pasado, más que la inflación general en la ciudad. Dado que el precio de la comida aumentó un 20 por ciento comparado al 2022, Market Box se enfoca en “mantener la cantidad y la calidad de los alimentos en las más de 420 bolsas que entregamos cada mes”, dijo la coorganizadora Hannah Nyhart.
Mientras tanto, aquellos que actualmente no califican para SNAP todavía navegan para poner comida en la mesa. Eso se debe a que los límites de ingresos establecidos para calificar para SNAP no están muy por encima de la línea de pobreza. Por ejemplo, una persona soltera en Chicago necesitaría ganar aproximadamente $1,562 al mes. “Eso significa que para la mayoría de nuestros clientes, sus beneficios de SNAP no son suficientes para alimentar a su familia, o no califican para los beneficios, pero aún tienen inseguridad alimentaria”, dijo Nyhart.
Un jueves nublado afuera de la Arquidiócesis de Chicago en Pilsen, voluntarios y empleados de la Despensa de Comida de Pilsen empacaban alimentos en mochilas, maletas, carritos y sobre las mesas. En el interior, dos voluntarias, Andi y Tina, llamaban números de boletos escritos a mano mientras los clientes esperaban en las bancas a que los llamaran para bajar las escaleras y elegir sus productos. Era una tarde tranquila, pero Andi dijo que esa mañana fue particularmente activa. Comparado con los veinte o treinta clientes que suelen tener a fines de mes, ese día a fines de febrero tenían más de setenta. Tina ha escuchado de varios clientes que sus beneficios de SNAP están disminuyendo, lo que los lleva a visitar la despensa.
Se anticipa que las familias negras y latinas serán las más afectadas por esta marcada reducción en los beneficios de SNAP. Sin embargo, como explicó Evelyn Figueroa, directora de la despensa, las despensas en el lado sur que atienden a poblaciones grandes de vecinos negros y latinos a menudo tienen menos fondos para operar.
Figueroa también señaló que hay menos despensas en los vecindarios del lado sur, por lo que las despensas existentes no dan abasto. En Chinatown, donde no hay despensas, muchas personas ancianas, que viven con discapacidades o que no tienen acceso a un transporte confiable tienen que ir a Pilsen dos veces al mes por alimentos. Operando con un presupuesto pequeño y, a veces, usando su propio dinero, Figueroa ha pasado innumerables horas tratando de convencer a los supermercados para que donen los alimentos sobrantes. Recordó cómo se sintió cuando vio despensas similares en el lado norte operando con millones de dólares.
Según la experiencia de Figueroa, muchas despensas del lado sur simplemente no han tenido los mismos recursos. Bajo un modelo sin fines de lucro, el liderazgo que tiene acceso a donantes y simpatizantes adinerados puede marcar la diferencia entre apenas cubrir los gastos y tener amplios fondos para, por ejemplo, comprar pavos para el Día Acción de Gracias.
Hay programas que han reducido de forma inmediata y material la inseguridad alimentaria. “En 2021, cuando el Crédito de Impuesto por Hijos reembolsable se pagaba mensualmente (en lugar de anualmente), las medidas de escasez de alimentos se redujeron drásticamente entre las familias con niños”, dijo Schanzenbach.
La participación en WIC (programa para Mujeres, Bebés y Niños, por sus siglas en inglés) entre las familias con niños de uno a cuatro años es bastante baja, según Schanzenbach. Esto probablemente se deba a que, como explicó Lee, muchas personas parecen asumir que el programa es solo para mujeres y bebés, cuando en realidad también es para personas embarazadas y con niños hasta la edad de cinco años.
Las personas que no califican para SNAP pueden calificar para WIC debido a los límites de ingresos más altos del programa. El USDA tiene una herramienta de preselección para asesorar si califica en https://wic.fns.usda.gov/wps (haga clic en “español”).
Según Schanzenbach, es probable que los beneficios de SNAP no vuelvan a aumentar hasta octubre de 2023, cuando se realicen los ajustes anuales basados en el costo de vida.
Puede resultar abrumador revisar todos los programas de beneficios disponibles, por lo que la línea directa de ayuda de GCFD puede ayudarle a comprender sus beneficios y cómo reportar cambios en sus ingresos o su hogar. Llame al 773-843-5416 o llene su formulario en línea.
Si aún no tiene SNAP, puede usar la calculadora estatal de elegibilidad para ayudar a determinar si es elegible en https://fscalc.dhs.illinois.gov/FSCalc (hacer clic en “español”). Algunas personas con estatus de residente permanente legal o con permiso para trabajar son elegibles.
Para encontrar una despensa de alimentos, visite el sitio web de Greater Chicago Food Depository en chicagosfoodbank.org y haga clic en “Find Food”.
Savannah Hugueley es una verificadora de información para el Weekly. Este es su primer reportaje