Traducido por Gisela Orozco
No existe una frontera clara que distinga a Chicago de los suburbios del sur. De hecho, el sur de Chicago parece continuar por millas y millas ya que las históricas calles que van de norte a sur como son la State, Halsted, Western y Pulaski, se extienden derecho hacia los suburbios. La infraestructura característica de la ciudad también se puede encontrar en estas ciudades, a veces en concentraciones más altas, como ciertos tipos de casas, corredores industriales, ferrocarriles, puentes, e incluso la contaminación del aire y el agua. Su demografía es predominantemente negra y latinx y tienen un porcentaje alto de trabajadores esenciales.
Sin embargo, algunas cosas sí cambian a medida que la gente sale de la Ciudad de Chicago y entra a los municipios pequeños de Illinois. La política local es más reservada, los servicios públicos varían, hay una presencia corporativa modesta, los medios de comunicación locales son contados y el acceso a la salud no es consistente. Así que cuando en la primavera de 2020 el COVID-19 golpeó fuertemente al sur de Chicago, los residentes de los suburbios cercanos solo podían prepararse para lo que estaba por venir.
De los treinta y dos municipios que los funcionarios del Condado identificaron como los más vulnerables en el momento más crítico del COVID-19, la mitad estaban en los suburbios del sur. Doce de ellos se agrupan justo fuera de los límites de la ciudad: Blue Island, Calumet Park, Riverdale, Dolton, Burnham, Calumet City, Robbins, Posen, Dixmoor, Harvey, South Holland y Markham.
Aunque no es raro que los grandes suburbios del Condado de Cook que son históricamente blancos tengan más capital o departamentos de salud individuales, la mayoría de los suburbios del sur ni siquiera pueden contar con su propio hospital local. Esto significa que durante el inicio de la pandemia del COVID-19, la región directamente al sur de la ciudad tuvo que depender en gran medida de los municipios vecinos con más recursos y también, de la financiación federal y la coordinación del Condado de Cook y su departamento de salud a nivel del condado.
El Departamento de Salud Pública del Condado de Cook (CCDPH, por sus siglas en inglés) administró desde lejos todas las cosas relacionadas con el COVID-19 en municipios de bajos ingresos, principalmente el alcance comunitario, las pruebas y la distribución de las vacunas, utilizando la orientación de las autoridades estatales y federales. En abril del 2020, el Condado de Cook recibió aproximadamente $429 millones de la Ley de Ayuda, Alivio y Seguridad Económica por Coronavirus (CARES, por sus siglas en inglés). Distribuyeron $51 millones de la ayuda entre más de 300 unidades de gobierno.
“Históricamente la falta de inversión en ciertas comunidades de la región ha ocasionado una capacidad desigual para que todos los municipios respondan a los desafíos que presenta el COVID-19”, escribieron los funcionarios del Condado y la Agencia Metropolitana de Planificación de Chicago (CMAP, por sus siglas en inglés) en un informe de abril del 2020.
Cynthia Rodríguez, directora de planificación del Centro de Trabajadores Unidos (CTU), organización que aboga por la justicia para los trabajadores inmigrantes en el área, entiende la singularidad de los suburbios del sur. Dijo que Southland, otro nombre usado para describir a los suburbios del sur y el suroeste, se compone en su mayoría de personas que han estado ahí por generaciones o que recientemente han dejado Chicago.
El noventa y dos por ciento de la población de Dolton es negra. Casi el setenta y cinco por ciento de los residentes de Calumet City son negros. En Harvey, ubicado al oeste, dos tercios de los residentes de la ciudad son negros y un cuarto son latinx. Y en Blue Island, ubicado a quince minutos al noroeste de Harvey, el cuarenta y siete por ciento de los residentes son mexicanos o latinx.
Pero también hay gente que recién ha llegado de México, Guatemala y Honduras. En Blue Island, el 42 por ciento de las personas mayores de cinco años hablan un idioma que no es inglés en casa. La CTU ofrece representación legal gratuita en asuntos de inmigración, trabajo, desalojo, vivienda y en casos penales. “Servimos tanto en el sureste como en los suburbios del sur porque estas áreas coinciden. Hay una coincidencia entre las personas que viven en Chicago y trabajan en los suburbios del sur y viceversa”, dijo Rodríguez.
La organización fue fundada en el sureste de Chicago, sin embargo, el personal ha tenido que extender su trabajo a los suburbios. “Aquí en el sur de Chicago, sabemos que no hay suficientes servicios, pero si te vas más al sur, a Posen, Harvey, Dolton, South Holland, Calumet City, etc., casi todos tienen aún menos servicios”, dijo la directora ejecutiva Ana Guajardo.
Rodríguez destacó que los residentes locales de los suburbios del sur son conscientes de que Chicago tiene más recursos disponibles que con los que ellos cuentan y que la pandemia aumentó ese sentimiento. “Desde el inicio de la pandemia, escuchamos mucho de los miembros de la comunidad acerca de la falta de recursos y cómo fue que la pandemia solo aumentó el racismo y los problemas socioeconómicos. Incluso escuchamos lo difícil que era para la gente acceder a los sitios de pruebas una vez que había más, debido a la falta de transporte”.
Muchos de los trabajadores esenciales a los que sirve la CTU plantearon sus preocupaciones sobre la vacuna. Los residentes se preocupaban por los efectos secundarios y la posible necesidad de tener que ver a un médico después de recibir la inyección, o simplemente tener el tiempo para llegar a un sitio de vacunación, que podría traducirse en necesitar que les concedan tiempo libre en sus trabajos. Pero Rodríguez dijo que esas preocupaciones están enraizadas en la falta de acceso a la atención médica y en una cultura laboral limitante y explotadora. “Esas dudas que la gente planteaba siempre han sido algo que queremos tomar muy en serio porque muchas veces provienen de algo mucho más grande y más sistémico”.
Es difícil estimar exactamente qué tanto del porcentaje de la población de cada ciudad está integrado por trabajadores esenciales, pero teniendo como referencia los datos disponibles, muchos suburbios del sur y suroeste tienen un alto porcentaje de residentes que hacen exactamente el tipo de trabajo que los hace más vulnerables a la propagación del COVID-19, como son el cuidado de la salud, la preparación de alimentos, el mantenimiento y más. En Blue Island y Calumet City, entre el veinticinco y el cincuenta por ciento de los residentes en la mayoría de las zonas censales de las ciudades son trabajadores esenciales.
La proporción es aún mayor en Harvey, donde entre el cincuenta y el setenta y cinco por ciento de los residentes son trabajadores esenciales. En marzo, cuando la mayoría de los trabajadores esenciales todavía no eran elegibles para la vacuna, sólo el cinco por ciento de los residentes locales habían sido completamente vacunados. A principios de abril, Harvey tenía poco menos del diez por ciento de su población completamente vacunada, un total de cinco puntos porcentuales por debajo del promedio suburbano del Condado de Cook en esos momentos.
En mayo, se abrió en Harvey un sitio prioritario de vacunación como parte de los esfuerzos del Condado para aumentar los índices de vacunación en Lansing, Calumet City, Chicago Heights, South Chicago Heights, Harvey, South Holland, Dolton y Burnham. Recientemente, en el sitio de vacunación de la secundaria Thornton Township se estaban dando boletos para Six Flags y un cupón para una despensa a las personas que se vacunaran.
Hasta el cierre de edición, el alcalde de Harvey, Christopher Clark, no respondió a una solicitud de comentarios al respecto.
Guajardo comentó que al principio, tenía que solicitar dos subvenciones relacionadas con el COVID-19 para permitir a los organizadores del centro trabajar como promotores de la salud encargados de difundir información sobre pruebas, rastreo de contactos y vacunas a los residentes en Harvey, Calumet City, South Holland, Blue Island, Alsip y más allá. El plan incluía la contratación de sesenta promotores de la salud que irían durante el inicio de la pandemia a cada suburbio para distribuir cubrebocas y desinfectantes para manos a familias, escuelas, iglesias, negocios locales y lugares de trabajo.
Más adelante, los promotores de salud visitaron a las familias de puerta en puerta y colocaron mesas en sitios de la comunidad para informar a la gente sobre el acceso a las pruebas y a la vacunación a medida que se hacían disponibles a través del CCDPH. Pero obtener este tipo de subvenciones es un reto. Guajardo agregó que las organizaciones sin fines de lucro están compitiendo por financiamiento y la mayor parte del apoyo se destina hacia el norte.
Los grupos comunitarios como la CTU se reunieron varias veces con el CCDPH y, por medio de este intercambio, CCDPH reconoció que los miembros de la comunidad son los mejores para hablar con sus propios compañeros de la comunidad sobre la vacuna y la pandemia en general. “Es importante que los departamentos de salud puedan confiar y financiar apoyo técnico y desarrollo de capacidades a las organizaciones comunitarias locales y en los miembros de la comunidad para hacer este trabajo directamente”, destacó Rodríguez.
El departamento de salud del Condado distribuyó los fondos federales de la Ley CARES a funcionarios del gobierno en cada uno de los suburbios en el grupo del sur, que van desde $452,000 a los $767,000 por ciudad. Las cantidades se basaron en diversos criterios, entre ellos el tamaño de la población local y factores socioeconómicos que indican el nivel de necesidad, como el promedio de ingresos, el porcentaje de la población bajo la designación de “zona económica desfavorecida”, y las muertes por COVID-19 por cada 100 mil habitantes al momento de la asignación.
El comisionado del Condado de Cook, Brandon Johnson, dijo que los órganos locales del gobierno tienen la autonomía y flexibilidad para hacer lo que les plazca con la ayuda, aunque había restricciones establecidas por la administración Trump que “intencionalmente hacían muy difícil o casi imposible que los cuerpos de gobierno fueran creativos con esos recursos”.
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El <i>South Side Weekly/i> visitó las localidades de Dolton y Calumet City, ubicadas al otro lado del Río Calumet, las cuales están en la parte superior de la escala de distribución de ayuda, para conocer de parte de los funcionarios sobre sus respectivas estrategias para combatir el COVID-19 y cómo se usaron para contactar y vacunar a sus residentes.
Sean Howard, portavoz de ambos municipios, dijo que los alcaldes no pudieron hablar sobre el tema ya que ambos fueron electos recientemente. La alcaldesa Tiffany Henyard y el alcalde Thaddeus Jones son los primeros alcaldes negros en Dolton y Calumet City, respectivamente.
Henyard es también la primera mujer negra de la ciudad en tomar el cargo después de haber derrotado a su oponente en las elecciones generales realizadas en abril de 2020. Después de varios intentos por contactar a la oficina de Henyard, su asistente administrativa dijo que las preguntas sobre el acceso a las vacunas eran “irrelevantes” porque es una nueva alcaldesa que comienza una nueva administración.
Howard no respondió a preguntas específicas sobre los planes de los municipios, pero dio una declaración por teléfono al <i>Weekly</i>: “Los alcaldes Henyard y Jones están más que contentos con la respuesta del Condado, el estado y el gobierno federal. Esos fondos y la asistencia nos ayudaron mucho a comunicarnos con nuestros residentes para que realmente creyeran en todo el concepto de ser vacunados. Creemos que llegamos a todos los hogares de la ciudad [respectiva] para asegurarnos de que la gente estuviera al tanto… que se le educó sobre la importancia de las vacunas”.
El <i>Weekly/i> entrevistó al concejal del sexto distrito de Calumet City, James Patton Jr.; también se habló con el jefe del departamento de bomberos de Calumet City, Glenn Bachert, en una llamada telefónica de tres vías coordinada por Howard.
Patton dijo que cuando el gobierno federal anunció por primera vez que la vacuna estaría disponible, los residentes estaban entusiasmados. “Finalmente llegamos al punto donde, ya sabes, veíamos la luz al final del túnel”.
Poco después, los residentes de su distrito colmaron su oficina con llamadas telefónicas para saber dónde obtener la vacuna y quién era elegible. “El número de llamadas de los residentes que llegaron a mi oficina, no tiene precedentes. Es la mayor cantidad que jamás había recibido en los más de cuatro años que tengo de concejal”.
La familia de Guajardo vive en Calumet City. Compartió que fue difícil para sus familiares obtener información sobre las vacunas. “Mi familia no tenía ni idea de dónde conseguir la vacuna en la ciudad”. Agregó que varios de sus familiares llamaron a las oficinas de la alcaldía para preguntar pero no obtuvieron respuesta. “Es su deber como funcionario electo estar al frente de temas importantes como este y tratar de traer esos recursos a la comunidad”, agregó.
Pero durante aproximadamente dos meses, según Patton, la información sobre dónde acceder a la vacuna fue muy lenta. Dijo que al principio era difícil dar información concreta a sus electores. “Al principio el proceso de la distribución fue un poco caótico y no tan organizado”. Agregó que en Calumet City tomó varias semanas para que las cosas se organizaran más. “Nos tomó algo de tiempo obtener información verídica y sólida para nuestros residentes”.
Para Dolton y Calumet City, un sitio de vacunación conocido como POD o un punto de distribución, en South Suburban College de South Holland, ubicado a diez minutos al sur en auto, fue enorme. Patton estimó que el ochenta por ciento de los residentes se vacunaron ahí. “Eso fue increíblemente útil y creo que fue el paso más grande para ayudarnos a vacunar rápidamente a nuestra comunidad”.
“Comenzamos con los sitios de vacunación masiva y pasamos a los POD, así que estamos trabajando con organizaciones comunitarias”, dijo Toni Preckwinkle, presidenta de la Junta del Condado de Cook, en una entrevista con el <i>Weekly</i>. “He estado por todo el condado en varios de esos sitios donde las comunidades religiosas o las organizaciones comunitarias han dicho, ‘vamos a organizarnos, vamos a movilizar a la gente de nuestra comunidad’”.
El sitio se abrió en abril y cerró en junio, mientras que en Chicago se abrieron sitios de vacunación masiva a principios de febrero y muchos permanecieron abiertos hasta finales de junio.
El jefe de bomberos de Calumet City, Glenn Bachert, dijo que el departamento de bomberos tuvo la tarea de programar las citas de vacunación para las personas mayores que no podían llegar a un lugar de vacunación o a un hospital. Vio que las cosas iban bien, aunque notó que al principio los residentes estaban confundidos. “El [Departamento de Salud del Condado de Cook] hizo todo lo posible”, agregó Bachert.
Al oeste, en Blue Island, Leo Oliva, un dueño de casa, dijo que su esposa Verónica y dos de sus hijos ya adultos, fueron vacunados en el estadio United Center, donde se estableció el primer sitio de vacunación masiva financiado por el gobierno federal y ubicado a veinte millas al norte, esto después de que todos contrajeron y superaron el virus.
Oliva, de 61 años, contó que fue el primero de su familia en contraer el COVID-19 y después de tres meses hospitalizado, se siente afortunado de estar vivo. Ha vivido por muchos años en esa área y explicó que el único hospital de la ciudad, St. Francis, cerró hace un par de años y es parte de una tendencia mayor de las empresas que se han estado mudando de Blue Island durante los últimos quince años.
En ese momento, el entonces alcalde Domingo Vargas lo calificó como un cierre devastador del que fue “uno de los mayores, si no el mayor, empleador en la zona”, según el <i>Tribune</i>.
Al cierre de edición, el nuevo alcalde electo, Fred Bilotto, no respondió a las solicitudes de comentarios.
En marzo pasado, cuando Oliva estaba sufriendo los síntomas del virus y no fue admitido en las clínicas locales, una ambulancia lo llevó al Little Company of Mary Hospital, ubicado en la ciudad vecina de Evergreen Park y luego fue trasladado al Christ Hospital de Oak Lawn. Después de lo que le pareció una eternidad conectado a una máquina respiratoria y a menudo estando inconsciente, Oliva fue dado de alta de la unidad de cuidados intensivos. Dijo que los médicos estaban asombrados por su recuperación.
Mientras se recuperaba en el hospital, el originario de Zacatecas, México, se dio cuenta que otros pacientes inmigrantes estaban batallando para comunicarse con las enfermeras, con traductores humanos raramente disponibles, por lo que se ofrecería a ayudar cada que podía. “Estaban navegando con las tabletas (digitales). Muchos de los mexicanos de edad avanzada no están acostumbrados a usar ese tipo de tecnología, no sabían que tenían que hablarle [a las tabletas] para que los pudieran traducir”.
Desde entonces, Oliva ha estado acudiendo a terapia y a un neumólogo —médico especialista del aparato respiratorio— y fue vacunado con la vacuna Moderna por su ex empleador. Pero señaló que al principio muchos residentes no sabían cómo obtener la vacuna. Algunas personas “no están familiarizadas con una computadora y tienen que depender de sus hijos, y si no tienes hijos, tienes que depender de un vecino”.
Los sitios de vacunación más populares en su ciudad son el Blue Island Health Center, el Robbins Community Center y las farmacias Walgreens y Jewel.
A mediados de junio, los índices de vacunación en los suburbios del sur y el suroeste todavía estaban por debajo del promedio suburbano del Condado de Cook; en Blue Island, el cuarenta y seis por ciento de los residentes habían recibido la serie completa de vacunas. Ambos, Dolton y Calumet City, estaban alrededor del treinta y seis por ciento. Harvey tenía el treinta por ciento de su población completamente vacunada.
“La mejor manera en la que creo que podemos aprovechar este momento es tener algo de coordinación sobre cómo el Condado gasta su dinero en los municipios y ciudades locales”, dijo el comisionado Johnson. “Si podemos hacer eso, podremos establecer un nuevo curso que transformará a las próximas generaciones. Eso es por lo que vamos a estar presionando”.
Jacqueline Serrato is editora en jefe del South Side Weekly. Su artículo más reciente fue sobre dónde obtener la vacuna en Chicago. Alma Campos es la editora de inmigración del Weekly’s. Su artículo más reciente fue sobre el legado de la solidaridad y resistencia Palestinian en Chicago.